Como se sabe si un huevo es fresco

Como se sabe si un huevo es fresco

Cómo saber si el huevo sigue siendo bueno

¿Cómo saber si los huevos están mal? Aunque los huevos son un ingrediente muy versátil y un producto básico de la despensa, puede ser difícil comprobar su estado de frescura con sólo olerlos. Por suerte, hay una prueba muy sencilla que te lo dirá de una vez por todas: pon el huevo en agua fría y añade dos cucharadas de sal. Si se hunde es bueno para comer, si flota es que se ha estropeado.

Muchos cocineros profesionales y caseros creen que este método es más fiable que la fecha de consumo preferente que figura en el cartón. Esto se debe a que todos los huevos tienen un saco de aire en su interior y cuanto más viejos son, más se expande éste, haciendo que suba a la superficie del agua.

Hay casos en los que un huevo puede no superar la prueba del agua pero seguir siendo utilizable. Para determinar si su huevo está estropeado, rómpalo en un bol y examínelo para ver si tiene un olor desagradable o un aspecto inusual. Los huevos podridos, tanto crudos como cocidos, huelen a azufre y pueden tener la clara o la yema manchadas, lo que podría provocar enfermedades si se consumen.

Aunque la temperatura no suele afectar a los resultados del experimento, sí determina el tiempo que el huevo se mantendrá en buen estado. Un cartón de huevos almacenado a temperatura ambiente suele durar 45 días, aunque si se refrigera puede durar hasta 90 días.

Prueba de huevos frescos

Aunque el cartón de huevos lleva una fecha estampada en el lateral, no siempre es una buena indicación de si los huevos que contienen son frescos. Algunas fechas se refieren a la fecha de envasado (y a menudo están escritas en clave), mientras que otras son fechas de consumo preferente. La American Egg Board recomienda que los huevos se utilicen entre cuatro y cinco semanas después de su envasado, pero no siempre sabemos cuándo fue eso. Además, si sacamos los huevos de la caja cuando volvemos de la tienda, o compramos huevos frescos en una granja, podemos no estar seguros de su antigüedad.

Por suerte, hay tres formas sencillas de determinar si tus huevos son todavía seguros para comer, y todo lo que necesitas son tus sentidos, un bol y un poco de agua fría. Ten en cuenta que si un huevo sale malo no significa que haya que tirar el resto de los huevos.

Al igual que un divertido experimento científico que quizá hayas hecho en el colegio, esta prueba de frescura no sólo es sencilla, sino que también puede indicarte la edad aproximada del huevo. Todo lo que necesitas es el huevo, un bol y agua fría. Llena el bol con suficiente agua fría para cubrir completamente el huevo, y luego deja caer suavemente el huevo en el bol de agua.

Huevo viejo

Si un huevo se hunde en el fondo de un cuenco de agua y se pone de lado, está muy fresco; si se pone de pie sobre un extremo en el fondo del cuenco, está menos fresco pero sigue siendo bueno para comer. Pero si flota en la superficie del agua, lo que indica que el aire ha penetrado en la cáscara, ya no está fresco.

Esta sencilla prueba puede ser más fiable que el sello de fecha de consumo preferente que debe llevar cada huevo puesto en la UE. Pero una investigación realizada en el Reino Unido ha demostrado que los consumidores de ese país tiran 720 millones de huevos al año, tres veces más que en 2008 y con un coste de 139 millones de libras (161 millones de euros).

La magnitud del despilfarro se achaca a que los consumidores, demasiado precavidos, se basan en las fechas de consumo preferente para decidir si los huevos son lo suficientemente frescos como para consumirlos, y a que la creciente popularidad de las dietas vegetarianas y “flexitarianas” ha impulsado las ventas en general.

Sin embargo, un estudio de consumo de la empresa responsable de la aplicación para el desperdicio de alimentos Too Good To Go, publicado el martes, reveló que los hogares británicos tiraron 720 millones de huevos el año pasado, frente a los 241 millones de 2008, según Wrap, el organismo gubernamental de asesoramiento sobre residuos. El año pasado, las ventas de huevos en el Reino Unido ascendieron a 7.200 millones de libras (8.300 millones de euros), lo que supone un aumento del 4% respecto al año anterior, según datos recientes del Consejo de la Industria del Huevo británica.

Qué pasa si comes huevos en mal estado

¿Cómo te gustan los huevos por la mañana? ¿Revueltos, escalfados, fritos, en tortilla? Con tantas maneras de disfrutar de los huevos, no es de extrañar que los británicos coman 12.000 millones al año: si los pusiéramos todos en una fila de punta a punta, daría la vuelta al planeta 17 veces*. Pero a pesar de la gran importancia que tienen los huevos en la dieta nacional, son objeto de toda una serie de conceptos erróneos, que van desde la mejor manera de almacenarlos, hasta si está bien comerlos después de su fecha de consumo preferente y lo que significa realmente el código que llevan estampado. Por ello, hemos consultado a la Agencia de Normas Alimentarias (FSA) para que aclare estas seis cosas que debe saber al comprar huevos.

1. Es posible que haya oído hablar de la “prueba de flotación”, que consiste en colocar un huevo en agua para ver si todavía se puede comer. Narriman Looch, jefe de la sección de control de enfermedades transmitidas por los alimentos de la Agencia de Normas Alimentarias, afirma que la FSA no recomienda este método. “Los huevos pueden consumirse durante un par de días después de la fecha de consumo preferente. La fecha de consumo preferente debe estar estampada en el huevo. El huevo flota porque hay más aire que entra en el huevo a medida que envejece, por lo que es un indicador de edad más que de seguridad”. Verás que un huevo fresco tiene una yema redondeada que sobresale. La clara se divide en dos partes distintas: una capa gruesa y viscosa alrededor de la yema y una capa exterior más fina y acuosa. Un huevo más viejo tendrá una yema más plana y la clara será más líquida.

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